La
cosa tiene su gracia, poco misterio, pero mucha gracia.
El
perro llamado Conan es propietario del sacerdote Joei Yoshikumi y
tiene solo un año y medio de edad. El perro ha aprendido por si solo
a “rezar” aunque más bien es una imitación. Su dueño acude
regularmente a rezar cada día y al parecer Conan no ha tenido
dificultades en seguirle.
Es
un misterio que indica a las mascotas a adoptar este tipo de
comportamientos, pero de lo que no cabe duda es de que el mismo ha
ayudado a que decenas de personas, practicantes y turistas, se
acerquen al templo a rezar junto a Conan con cámara en mano.
Justine Gossman 5ºC
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